En la majestuosa Sierra de Gredos se esconde un paraje que deja sin aliento: las Cinco Lagunas. Su acceso más remoto y las rutas algo desafiantes han protegido este tesoro natural de la multitud que a menudo invade otras partes del parque regional. Si estás preparado para la aventura, en este artículo de Ribera del Corneja te ofrecemos algunas sugerencias útiles para los entusiastas del senderismo que deseen descubrir este paisaje impresionante.

Embarcarse en la travesía hacia las Cinco Lagunas, en lo más alto de la Sierra de Gredos a unos 2.075 metros sobre el nivel del mar, sigue siendo un desafío reservado únicamente para los más intrépidos. La ruta es exigente, casi una gesta titánica para los senderistas menos experimentados, pero la recompensa final es simplemente impresionante: contemplar un paisaje que permanece inalterado gracias a su difícil acceso. Los montañistas lo valoran precisamente por esta razón, conscientes de que estos lagos de origen glaciar son un tesoro protegido por su ubicación remota.

Gargantas cristalinas y frescas, cascadas sobre las rocas, lagos profundos en el corazón de la sierra… El agua define principalmente esta ruta por Gredos, que en los primeros días del verano ofrece el atractivo adicional de los piornos en flor. Para aquellos que se animen a descubrir este entorno único, es importante recordar que la dificultad es de moderada a alta, por lo que se debe estar preparado: llevar calzado adecuado para enfrentar los caminos y las rocas, protector solar, gorra y suficiente agua potable.

Realizar la excursión en pleno verano ofrece la ventaja de contar con largas horas de luz y la posibilidad de refrescarnos con un baño en el río a lo largo del camino, además de la experiencia placentera de dormir bajo las estrellas si se decide empezar el recorrido pasada la mañana. Sin embargo, el inconveniente principal es el exceso de calor. Por lo tanto, dependiendo de nuestras preferencias, debemos considerar si sería más conveniente realizarla en primavera, cuando los días comienzan a alargarse, o en otoño, antes de que anochezca demasiado temprano.

EL RECORRIDO DE LAS LAGUNAS

La distancia a recorrer es de aproximadamente once kilómetros, pero es crucial recordar que son principalmente de ascenso, con la necesidad de descender después. Para llegar hasta las lagunas se tarda alrededor de cinco o siete horas, dependiendo de las piernas (estado físico) y las prisas de cada uno. Sin embargo, no hay que preocuparse, si no se llega hasta el final (ya que el último tramo es el más exigente), siempre se puede optar por quedarse en la primera laguna del itinerario: la de Majalaescoba. Aunque no sea la quinta y última del camino, su belleza rivaliza con la de sus hermanas más elevadas.

Inicio: Navalperal de Tormes

La aventura comienza en el encantador pueblo de Navalperal de Tormes, en la provincia de Ávila, donde se inicia la famosa senda de las Cinco Lagunas. El murmullo tranquilizador del agua acompaña este comienzo, especialmente al atravesar el primer puente, conocido como el Puente de las Cadenas, que cruza sobre el río Tormes. Pronto, se divisa el Puente de las Ranas, que atraviesa la impresionante Garganta de Gredos, alimentada por las aguas que fluyen desde la Laguna Grande (un destino para otra emocionante excursión). Luego, en un breve instante, llegamos al cruce entre la Garganta de Gredos y la del Pinar; esta última nos servirá de guía en nuestro camino hacia la meta deseada.

Mitad: La Barranca

Después de aproximadamente ocho kilómetros, llegaremos al Refugio de la Barranca, un refugio de uso libre en excelente estado para pernoctar, con capacidad para unas diez personas. Situado a 1.650 metros de altura, habremos alcanzado la mitad de la altitud de nuestra aventura. Este punto marca el final del primer día para muchos excursionistas, quienes eligen pasar la noche aquí antes de enfrentar la empinada subida vertical que nos espera poco después. Otros prefieren adelantar la jornada y acampar en las alturas desde el primer día, junto a alguna de las lagunas.

Después de pasar por la apacible Laguna Majalaescoba, donde muchos concluyen su ruta, nos enfrentaremos a la cuesta más dura del recorrido: la Portilla Norte de las Cinco Lagunas. Este ascenso vertical de unos 150 metros pondrá a prueba nuestra resistencia física y nuestro vértigo, pero con paciencia y precaución, cualquiera podrá superarlo.

Final: Las Cinco Lagunas

Una vez en la cima, seremos recibidos por la primera de las cinco lagunas, confirmando que todo el esfuerzo ha valido la pena. En orden de norte a sur y de menor a mayor altitud, encontramos la Laguna Bajera (2.073 m), Laguna Brincalobitos (2.074 m), Laguna Mediana (2.097 m), Laguna Galana (2.101 m) y Laguna Cimera (2.103 m). Estas cinco lagunas de origen glaciar forman parte de la cabecera de la Garganta del Pinar, un afluente de la Garganta de Gredos, que luego desemboca en el Río Tormes, marcando el inicio de nuestra ruta.

A lo largo de las orillas de las lagunas, no podremos ver más de dos a la vez. Este espectacular paisaje de alta montaña se intensifica si llegamos a divisar las cumbres nevadas que nos rodean, y premiará a aquellos que decidan pasar la noche con un cielo estrellado incomparable, libre de la contaminación lumínica. Después de explorar todas las lagunas, solo nos quedará deshacer el camino de regreso hasta el pueblo de Navalperal de Tormes. Sin embargo, los más intrépidos pueden optar por continuar durante tres horas más hasta la Laguna Grande e incluso pernoctar en el refugio ubicado en sus orillas.